jueves, 17 de noviembre de 2011

En primera persona




Un cielo melancólico acompaño mi infancia
dios era una entelequia de misa y sacristía
con siete padrenuestros y alguna avemaría
me otorgaba perdones su divina jactancia

luego poquito a poco fue tomando distancia
y un día me hallé lejos de aquella eucaristía
vi tantas injusticias y tanta porquería
que dios ya no era dios sino una circunstancia

se agravó mi conciencia maravillosamente
y cada vez son menos las cosas en que creo/
cuando interpelo a dios se va por la tangente

los milagros se venden de nuevo al menudeo
y así me fui cambiando de buen a mal creyente
de mal creyente a agnóstico  /y de agnóstico a ateo.


Mario Benedetti
(De: La vida ese paréntesis)
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario